```
Habían pasado horas, y el mal humor de Adam Jones no había disminuido en lo más mínimo. Su mente estaba atormentada con la imagen de Elly Campbell llamando con ternura a otro hombre querido, lo cual torturaba sus nervios.
Se encontraba de pie junto a la ventana, sosteniendo una copa de vino tinto. La brillante y espaciosa ventana del suelo al techo reflejaba su alta estatura. En sus ojos aparentemente vacíos, se asentaba una profunda acumulación de tristeza.
Sus nudillos definidos pellizcaban perfectamente el tallo de la copa de vino, sus yemas de los dedos ejercían fuerza levemente, como si quisiera hacer añicos el delicado tallo.
Recordar cómo Elly Campbell había evitado su mirada y parecía culpable cuando le preguntó acerca de ese hombre solo agitaba más los ya descontrolados nervios de Adam.
Levantó la copa y engulló la mitad del vino tinto de un trago, pero eso no extinguía las llamas esporádicas en su pecho; al contrario, el fuego ardía con aún más intensidad.