—Padre.
—Sí.
—¿La comida no es de tu agrado? —preguntó Killian y fruncí el ceño. ¿No nos acabamos de sentar, cuándo sirvieron la comida?
Miré hacia abajo y vi que la comida ya estaba servida, pero no vi llegar a las sirvientas.
Miré a mi alrededor y vi que Marianne y Phil se estaban riendo. Killian sacudió la cabeza, mirándome y mis ojos se entrecerraron.
—Eso debe ser algo bueno de hacer en tu imperio, Philip —ella seguía riendo.
—Por supuesto, personas de todas las edades disfrutan de eso. Desearía poder llevarte allí, la feria era muy famosa en todo el continente —respondió y deduje que hablaban sobre el imperio de Wusnaustan.
—Tomé el tenedor y comencé a comer ensalada cuando noté que Marianne movía los dedos y luego sus manos fueron a su cuello herido como si intentara arreglar su cabello, pero eso no era cierto, quería rascarse la herida. Sus manos a menudo iban allí pero se controlaba al final y solo arreglaba su cabello y lo retiraba.
