Bajo la guía de la Anciana Bai, Bai Dazhu, Doña Liu y Bai Erzhu se dirigieron a la residencia de Hu Changlin, situada en el lado este del pueblo. A medida que la noticia de su visita se extendía entre los aldeanos, un sentimiento de anticipación llenaba el aire, llevando a los locales a abandonar sus trabajos y a seguirlos, ansiosos por presenciar los sucesos que se desarrollaban.
Mientras tanto, Bai Zhi y Hu Feng llegaron a la casa del Doctor Lu, donde el diligente médico estaba ocupado organizando las hierbas medicinales secas en su patio. El Doctor Lu había recolectado personalmente la mayoría de estas hierbas, con la intención de venderlas en el pueblo. Dado que las ganancias para los médicos en el pueblo de montaña eran escasas, vender hierbas medicinales se había vuelto esencial para sostener a su familia.
—Bai Zhi, Hu Feng, ¿qué los trae por aquí? —el Doctor Lu los saludó cálidamente, dejando de lado su canasta.