—¿Dage? ¿Eres tú realmente? —exclamó Zhou Awu con emoción al avanzar rápidamente y agarrar firmemente los hombros de Zhou Gang. Lo examinó de arriba abajo, apenas creyendo lo que veían sus ojos.
Zhou Gang estaba igualmente emocionado. Su familia Zhou aún tenía dos descendientes, y el reencuentro fue un momento de inmensa alegría.
Los dos hermanos tenían mucho que decirse, pero antes de que pudieran pronunciar una palabra, Zhao Sue tiró de la manga de Zhou Awu, guiñándole un ojo comprensivo. Le indicó que Bai Zhi acababa de llegar y seguramente tenía mucho que compartir con Zhao Lan. Permanecer más tiempo en la habitación sería inapropiado.
Zhou Awu llevó a Zhou Gang al piso superior, dirigiéndose al ático donde residía Zhou Xiaofeng.
Sentada junto a Zhao Lan, Bai Zhi sentía una pesada carga de culpa. —Niang, lo siento —comenzó, su voz llena de remordimiento. —No debería habértelo ocultado, pero temía que no estuvieras de acuerdo, así que fui en secreto.