—La cara de Gu Daren palideció de preocupación al darse cuenta de que Meng Nan y Bai Zhi eran más que simples amigos. ¿Cómo podía alguien tan poderoso como Meng Nan estar enamorado de una simple chica del pueblo? Estaba seguro de que Meng Nan no tendría compasión por ella.
—A pesar de la miopía de Gu Daren, valoraba mucho su futuro. Y en ese momento, su futuro pendía de un hilo, sostenido por la joven frente a él, que había sido golpeada por una tabla de madera.
—La ciudad capital era el territorio de Meng Nan, y la influencia de la Familia Meng allí era formidable. Gu Daren no esperaba que Meng Nan viniera en su ayuda. Estaría satisfecho si Meng Nan simplemente no le causara problemas.
—Sin embargo, acababa de golpear a la amada de Meng Nan con una tabla de madera, un grave error.