Song Sanqian observó el papel de arroz de color amarillo pálido en su mano. Las palabras estaban hechas con palos de carbón, dándoles un aspecto distinto en comparación con aquellas escritas con pinceles y tinta. Le recordó a la receta que Meng Nan le había mostrado anteriormente, la cual también mostraba una sorprendente similitud en la caligrafía, también elaborada con carbón.
Mientras observaba al joven y a la mujer de pie frente al mostrador, no pudo evitar impresionarse. El hombre era alto y sorprendentemente guapo, exudando una aire de elegancia. La mujer, por otro lado, era pequeña y encantadora, irradiando una belleza delicada.
Volviendo su atención a la receta en su mano, Song Sanqian murmuró para sí mismo: «¿Cedoaria, trigone, sanguijuela, pangolín?». Levantó la mirada hacia la pareja una vez más e inquirió: «Entiendo que la cedoaria y el trigone se usan para la circulación sanguínea, pero ¿qué hay de estas sanguijuelas y el pangolín?».