—¡Detente! —los niños a mi alrededor me sujetaron contra el suelo—. ¡Yo no hice nada! ¡No fui yo! —el yo de once años gritaba.
—Tiene que ser tú. Eres una mala persona. Mi mamá lo dijo —la niña con coletas se paró frente a mí con un encendedor.
Sentí algo escurrir por mi espalda. ¿Alcohol? ¿Aceite?
—¡Click!
La niña intentó prender el encendedor.
—¡Click!
—¡Te digo que no fui yo! —grité y luché para de alguna manera liberarme de su agarre—. ¡Click!
El encendedor se encendió, una hermosa llama azul bailó en él.
La miré fijamente, "No fui yo..."
Ella lanzó el encendedor hacia mí.
***
Me desperté con un sobresalto.
Respirando entrecortadamente, miré a mi alrededor a la habitación vacía.
Ah...
Algo así pasó una vez, huh. Pensé para mí misma después de recordar el sueño que tuve.
Miré hacia abajo y noté la manta sobre mí.
Entiendo la parte donde la manta está sobre mí, pero ¿por qué estoy entre piernas?
Solo entonces me di cuenta de que estaba recostada contra su pecho.