—¡Luna! —Los ojos de Max se iluminaron al ver a Sophie bajar los escalones del palacio real, dirigiéndose hacia el carruaje que la esperaba en el patio del palacio.
El carruaje era viejo y sencillo, uno que ella usaría de ahora en adelante para evitar llamar la atención de otras personas.
A su lado, estaba el rey de Riga en persona que parecía un plebeyo con su ropa simple de material barato en color marrón, pero que de alguna manera no podía disminuir su carisma.
Nicolás no se había cortado el cabello durante semanas y ahora se agitaba con el viento, dándole un aspecto un poco desaliñado. Sin embargo, este nuevo look en realidad le hacía parecer más varonil y maduro.
—¡Max! —Sophie estaba toda sonrisas cuando vio al licántropo parado cerca de su carruaje—. Has venido.