Nicolás se mantuvo ocupado después de regresar de Hauntingen. Pasó las siguientes semanas en la capital buscando maneras de cambiar cómo se hacían las cosas en Riga. Se había reunido con los altos oficiales y los nobles en la capital, y la mayoría de ellos lo entendían y lo apoyaban.
Sin embargo, la gente de Riga, los plebeyos habían sido lavados de cerebro durante décadas para odiar a los licántropos y considerarlos monstruos, el enemigo. Estas personas no entendían que la política había cambiado y que la postura de la familia real hacia el antiguo enemigo había cambiado.
Nicolás sabía que debía abordar este delicado asunto con cuidado porque durante la guerra de décadas, habían caído numerosas víctimas en ambos bandos. Muchos humanos fueron asesinados por licántropos, y también licántropos que fueron cazados, torturados y asesinados.