El juez llegó a la sala del tribunal, y Liam presentó el caso frente a él. Lana miró a Gale con una sonrisa y le susurró una aseguranza:
—Tú y Gilbert pronto recibirán la justicia que se merecen.
Gale asintió y bajó la cabeza, mordiéndose el labio. Sus ojos se llenaron de lágrimas, recordando a Gilbert. Intentó suprimir sus lágrimas y se compuso, ya que el juicio aún estaba por comenzar. Ella tenía esperanza y a pesar de las palabras tranquilizadoras de Lana, se preparó para no esperar demasiado y esperar el resultado final, luego seguir luchando.
Los ojos de Gale se estrecharon hacia Frank, que estaba sentado dos filas detrás de ella. Él encontró su mirada.
—¡El descaro! —quería gritar y matar al hombre que incluso le sonreía.