Jorge no dejaba de lanzar miradas furtivas a Lana a través del espejo retrovisor de su automóvil. Ella estaba sentada con los labios apretados y el ceño fruncido. Parecía irritada y sin manera de desahogar su frustración.
Lana ya había tenido suficiente desde aquella tarde. Tantas cosas habían comenzado a nublar sus pensamientos y en este momento era incapaz de comprender lo que sentía.
¿Era ira o era la ausencia de Liam y estar con Gracy lo que la afectaba? ¿Era esto algo que nunca quiso sentir en su vida?
Todo lo que sabía en ese momento era que quería alejarse de todos y aún así no lograba romper el hilo que la arrastraba hacia Liam.
Liam, este nombre siempre permanecía en cada célula de su cerebro desde los últimos días. Por más que intentara alejarse de su encanto, sabía que se hundía más en ese abismo. Él la afectaba con todo lo que hacía… sí, todo…