—¿Quién? —preguntó Valerio arqueando sus cejas hacia ella.
—No lo sé realmente. Es una mujer, y me está mirando de una forma muy extraña —aclaró, y un gesto de desagrado se formó en el rostro de Valerio.
—Hmm... ¿Cómo luce? —inquirió él.
—Um... Tiene cabello castaño, y creo que sus ojos son—. Antes de que pudiera terminar la frase, la supuesta mujer, que era Kiesha, se giró y se alejó, dejando a Everly mirando su silueta desaparecer en confusión.
—¿Qué pasa? —Al no estar seguro de por qué ella de repente se quedó en silencio, Valerio preguntó.
—Nada. Se ha ido —respondió Everly, dejando de mirar la ventana y volviéndose hacia Valerio.
Se acercó a él y agarró su mano.
—¿Estás muy herido? —preguntó ella, aún preocupada por su mano herida.
—No, estoy bien —negó Valerio con la cabeza y frunció el ceño cuando Everly comenzó a tocarle las uñas. —¿Qué estás haciendo? —preguntó él.