Everly se rió suavemente y entrelazó su meñique con el de él.
—Pero, ¿no es tu horario un poco apretado para poder hacer tiempo para mí? —preguntó ella.
—Para nada —él negó con la cabeza y se inclinó, besándola—. Deslizó su mano alrededor de la nuca de ella y sujetó su cabello suavemente, profundizando el beso—. Everly le correspondió el beso y lentamente se recostó en la cama.
—Ella tomó mucho aire una vez que él interrumpió el beso y le dio besos contra su frente, sus mejillas y su cuello —sus manos cerraron los puños en las sábanas, y ella respiró suavemente, amando su toque gentil—. ¿Sabes algo, Val?
—Valerio no dejó de hacer lo que estaba haciendo, su mano se movió debajo de su vestido para acariciar su vientre —¿Qué?
—Me siento diferente estos días.
—¿Diferente? —ella apretó fuertemente su labio inferior, y su rostro se sonrojó intensamente—. S-sí. No sé por qué me siento pesada.
—¿Eh? —El hombre se desconcertó—. ¿De qué hablas? ¿Tan delgada como eres?