Valerio parpadeó y tomó un profundo respiro.
—Nix, por favor cuídala, yo llevaré a Dafne a casa. Haré que Nihal venga a buscarte —dijo a Nix.
Nix asintió con la cabeza y se volvió para mirar el cuerpo sin vida de Sarah.
Valerio tomó a Dafne consigo y salió del edificio. Caminó hacia el coche y sentó a Dafne en el asiento del acompañante delantero.
Aseguró su cinturón de seguridad y tomó asiento en el lugar del conductor. Arrancó el motor del coche y se dirigió a la carretera.
Durante el viaje, Dafne se mantuvo callada, sin decir una palabra.
Valerio, bastante preocupado por ella, la miró. Se pellizcó el entrecejo y soltó un profundo respiro.
—¿Estás bien? —preguntó, aunque era evidente que no lo estaba.
Dafne lentamente levantó la cabeza y lo miró. —¿Por qué dejaste atrás a mi madre? —preguntó.
Valerio la miró fijamente y soltó un suave suspiro.