[12:30 pm, al día siguiente]
Terminado su trabajo en el hospital, Nix soltó un profundo suspiro de alivio y se levantó de su asiento.
Ajustó su ropa y tomó su bolso. Se acomodó las gafas que estaban a punto de resbalarse de su nariz y miró la pantalla de su teléfono.
—No hay respuesta aún... —suspiró profundamente.
Había enviado un mensaje a Vicente ya que llamarlo no funcionaba, pero tampoco respondió. Habría ido a visitarlo por la mañana, pero tenía un paciente muy importante que tratar, así que tuvo que cambiar el horario.
Exhaló y guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta. Salió del hospital y subió a su coche.
Arrancó el motor del coche y se dirigió a la carretera. En el camino, marcó el número de Valerio.
[Nix]
—¿Valerio, pudiste contactar a Vicente? —preguntó.
[¿hm... no? ¿Y tú?]
—No. Ni por llamadas ni mensajes. Empiezo a preocuparme de verdad —respondió.
[¿Qué hacemos?]