Sentado en su silla de ruedas, Everly llevó a Víctor fuera de su habitación y procedió al jardín de abajo en el patio trasero.
Entraron al patio trasero, y Everly cerró cuidadosamente la puerta de cristal.
Ella lo llevó al centro del jardín, donde había un columpio blanco incorporado.
—Tomemos asiento allí —dijo Víctor y con cuidado, ella lo ayudó a levantarse y lo acompañó hacia el columpio.
Ella lo sentó y tomó asiento a su lado.
Pasó un minuto y se quedaron en silencio, sin decirse una palabra el uno al otro.
—Entonces... ¿de qué querías hablar conmigo? —preguntó Everly, ya no soportando el silencio incómodo.
Víctor la miró y se aclaró la garganta.
—Es sobre nuestras vidas pasadas —empezó.
—Víctor, ya dije que no me interesa, y tú tampoco deberías sacar...
—Solo escúchame, Everly —la interrumpió Víctor.
Everly lo miró y exhaló suavemente.
—Está bien... —aceptó.
Víctor jugueteó con sus dedos, y un suspiro profundo escapó de su nariz.