Al oír esa pregunta, una profunda fruncida de ceño apareció en el rostro de Lucius, y sus ojos parpadearon rápidamente en confusión.
—¿De qué estás hablando? —preguntó él, pareciendo tener alguna idea de a qué se refería ella.
¿Podría haber recuperado su memoria?
Él se lo preguntó, pero al momento siguiente no estuvo de acuerdo con su pensamiento.
No parece que lo haya hecho...
Pensó y ladeó la cabeza hacia un lado. —¿Estás bien? —preguntó, queriendo saber si ella había recuperado sus recuerdos o no, pero la dura y fría mirada que Leia le dio lo hizo fruncir el ceño en perplejidad.
—¿Qué me hiciste? —Leia preguntó de nuevo, con los dientes apretados y las manos hechas puños.
Ella había visto a este hombre varias veces en sus pesadillas cada noche.
Y en esas pesadillas, él hacía cosas terribles que no le eran mostradas con claridad.
Pero algo que recordaba era que él le había dado algo de comer. Algo que podía decir que no era nada bueno.