—Sí... —asintió Everly.
—Ya veo... —Nix le devolvió el teléfono, sinceramente inseguro de qué decir.
Se pellizcó las cejas y abrió los labios para hablar, pero Everly se levantó abruptamente e inclinó la cabeza, sus manos agarrando nerviosamente el dobladillo de su abrigo.
—Sé que lo que hice fue terrible y nunca debería haberlo ocultado de Valerio, pero estaba... asustada. Quería decírselo, y lo intenté, pero no pude encontrar el valor para hacerlo.
—Quería terminar todo y dejar atrás esa vida y nunca más tener que hablar de ello, pero todo salió mal. —explicó, esperando que él la entendiera, y Nix, que la miraba, se levantó del sofá.
Se acercó a ella y la hizo enderezarse. —Es comprensible, Everly. No necesitas explicarte tanto. No te preocupes, yo te ayudaré a explicarle a Valerio, y estoy muy seguro de que él entenderá. ¿Vale? —Le sonrió levemente, y Everly asintió lentamente con la cabeza.
—¡Gracias! Muchísimas gracias. —agradeció, y se sentó de nuevo en el sofá.