—Entonces tendrás que salir de la bañera —dijo de repente Kade.
Lina parpadeó lentamente. Antes de que pudiera responder, la arrojó al suelo. Quedó atónita sin poder hablar. Sin previo aviso, lanzó sus limpias túnicas blancas al suelo. Estaban destinadas para que ella se secara más tarde.
Lina alguna vez le dijeron que las mujeres llevaban muchas capas en sus vestidos porque la capa exterior decorativa estaba destinada a ser esparcida en el suelo. Les daba a los hombres fácil acceso para acostarse con mujeres en cualquier momento y lugar.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Lina ingenuamente, cuando de repente él estaba encima de ella.
La espalda de Lina tocó sus túnicas de lino.
—Voy a follarte en el suelo como animales salvajes —declaró Kade con una voz fría y distante.
Su tono envió escalofríos por la espina de Lina. Ella miró hacia arriba su cuerpo grande y poderoso. Tenía músculos, pero no extremos. Su respiración se aceleró con la mirada intensa que él le dio.