—¿Q-qué estás haciendo? —preguntó ella.
—Complacerla —respondió él.
—No de esta manera
—Pero parece que lo estás disfrutando —replicó él.
—Bueno, yo solo—¡ah!
Kaden sonrió ante su provocativa conversación. Estaba de rodillas, masajeándole los pies adoloridos. Cuando su pulgar encontró el nudo, tuvo que reprimir un gemido de alivio. Sus ojos se humedecían por las insinuaciones de él, pero él seguía presionando.
—¿Es aquí? —Kaden la provocaba.
—Cállate —murmuró Lina.
Kaden presionó en el punto tenso. Ella dejó escapar un gemido suave. Él amasaba la planta de sus pies, con sus nudillos y dedos. Ella agarraba con fuerza la manta, con los ojos apretados. Por su reacción, pensarías que estaban haciendo algo más en la habitación.
Kaden soltó una risa suave. ¿Podría ser aún más encantadora? Después de aliviar los músculos adoloridos de un pie, pasó al siguiente. No debería haberle permitido llevar tacones hoy. Tenía ampollas en la parte posterior de sus pies y parecía agotada.