—Espero que mi visita sorpresa no te incomode, Su Alteza Real. Simplemente estaba preocupado después de lo que viste anoche en el ala oeste del Palacio Lazuli.
Cherry contuvo la respiración mientras miraba discretamente dónde estaban sentadas la princesa heredera y la novena princesa. Su corazón golpeaba contra su pecho cuando Inez miró hacia atrás mientras Aries le lanzaba rápidamente una mirada a Cherry.
—Ella sabía... —La parte dominante de su cerebro ya susurraba la intuición de una mujer, pero había una pequeña parte que le decía que podría haber sido una coincidencia. Por lo tanto, Cherry obligó a sus pies y trató de actuar lo más natural posible.
Cuando el leve clic de la puerta acarició los oídos de Aries, ella lentamente volvió a posar sus ojos en Inez. Esta última todavía miraba la puerta cerrada, sonriendo como si Cherry la hubiera ofendido.
—Novena hermana, ¿podrías decirme el verdadero propósito de tu visita? —preguntó, esperando que Inez volviera a mirarla.