Aries era plenamente consciente de que lo que había dicho en el comedor era suficiente para enfurecer a Joaquín. Podría romperle el cuello. Pero estaba segura de que él no sería tan descuidado para hacer eso.
Joaquín necesitaba andar con pies de plomo para ganársela porque ese ya era el plan.
Para hacerle olvidar a Aries, necesitaba que él llegase a un punto en el que estuviera cien por ciento seguro de que ella era Aries y luego atacar. Causar confusión y mostrar la diferencia entre Aries y la princesa heredera sería más efectivo ya que el Aries que Joaquín conocía no era tan astuto ni despiadado como la princesa heredera.
Ella nunca fue la persona de explotar la desgracia y la muerte de alguien en su beneficio. Aries nunca fue tan corrupta. Podría ser intrépida y aterradora, pero sus métodos siempre eran directos y de frente, sin saber que su cráneo se estrellaría contra las estacas que su enemigo preparaba.
La razón por la que Ismael le recordaba a su yo más joven.