Al igual que en cualquier otro juicio, a Carlos lo pusieron en el centro con cadenas que ataban sus manos y pies fijados en el suelo. Mantuvo su cabeza baja mientras todos lo miraban con desprecio, escuchando la lista de crímenes en los que estaba involucrado.
—¿Reconoce estos crímenes... —Aries se cubrió los labios mientras bostezaba, sintiéndose un poco aburrida por la larga lista de crímenes que habían estado leyendo. Miró a Joaquín, solo para verlo sonriendo juguetonamente hacia ella.
—Hah... —rodó los ojos, negando con la cabeza, antes de enfocar su mirada sobre la barandilla para ver si había algo interesante. El lado de sus labios se estiró levemente al ver a una figura entrar y sentarse en las sillas cerca del estrado en el centro.