Mientras tanto, en la Residencia Vida...
—Aprecio su comprensión y cooperación, Reverendo. Me aseguraré de que la iglesia esté tomando la decisión correcta. —Joaquín sonrió, sentado en la sala de estar, con una pierna descansando sobre la otra, los ojos en el hombre de mediana edad frente a él.
Modesto apretó los labios y mostró una sonrisa tímida. —Espero que el príncipe heredero cumpla su parte del trato —dijo él—. La iglesia continuará apoyando al príncipe heredero, así que nos aferraremos a su promesa sobre la iglesia.
—Por supuesto. Soy un hombre de palabra. Todos en la iglesia estarán bajo mi protección. Nadie tocará a los niños si yo los respaldo. —Joaquín sonrió mientras se inclinaba, cogía la jarra y vertía vino en dos copas vacías para que disfrutaran.