Algún momento en el pasado...
Aries estaba de pie en el balcón, sosteniendo una copa de vino que aún no había bebido. Llevaba puesto un vestido deslumbrante con la mitad de su cabello recogido detrás, cascada junto con el resto de sus mechones verdes. Un profundo suspiro escapó de sus labios, incapaz de disfrutar de la brisa fresca de la noche.
—Espero que no me arrastren de vuelta al interior —suspiró, apoyando su costado en la baranda. Hoy era uno de esos días que más odiaba. Literalmente aborrecía los banquetes con pasión, pensando que perfeccionar su esgrima era mejor que desperdiciarlo sonriendo y siendo bonita todo el tiempo.
—Bueno, no puedo evitarlo —salió en un susurro, suspirando por enésima vez—. Si realmente quiero convertirme en la princesa heredera y reemplazar a mi hermano, socializar es inevitable.