Tiana podía oír sus corazones latiendo fuertemente, tanto que no podía distinguir cuál era el suyo. Cuando sus labios rozaron los del otro, sintió cómo mariposas revoloteaban en su estómago. Todo su cuerpo tembló mientras él la sostenía quieta, haciendo que sus labios permanecieran sobre los suyos. Se quedaron así durante unos segundos, sin respirar, como si no pudieran creer lo que acababa de suceder.
Los ojos de Tiana parpadearon después de unos segundos y ella abrió los ojos lentamente. Los de él estaban cerrados y estaba inmóvil, ella tragó saliva, recobrando algunos fragmentos de su conciencia. ¿Se estaría arrepintiendo de haberla besado? ¿Era esa la razón por la que no continuaba con el beso? Su corazón golpeaba su pecho, pero esta vez por una razón diferente.