—¿Por qué? ¿Hice algo mal? —preguntó Xavier con los ojos que parecían infelices.
Ari negó con la cabeza, mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Dirigiéndose hacia la puerta, salió corriendo.
Xavier se quedó en el sitio por un largo rato, intentando procesar lo que acababa de suceder.
Ari cerró la puerta con llave y corrió a su habitación, desplomándose en su cama.
—¿Qué había hecho? —Se tiraba del pelo mientras gemía—. No debería haberlo besado. Ahora él sabía que le gustaba. Se había bajado la guardia.
El teléfono de Ari sonó junto a ella en la cama y miró; era Xavier llamándola.
—¿Qué iba a hacer ahora? —Cerrando los ojos, inhaló y volteó el teléfono.
—¿Por qué? ¿¡Por qué lo besó?! —Todo lo que la gente decía sobre él empezó a volver a su mente. Ella sabía. Sabía que iba a salir lastimada, lo sabía, y aun así lo había besado.
Ari mordió su labio inferior.
—E incluso ahora, quería besarlo de nuevo. Lo deseaba. Mucho, y eso la estaba matando. ¿Qué iba a hacer?
…