Nicklaus parpadeó y la miró. Sus manos aún estaban en el aire y le tomó un momento darse cuenta de lo que ella estaba haciendo.
—¿Qué estás haciendo? —él sostuvo su mano mientras una sonrisa se formaba en sus labios.
Tiana se rio y sacudió la cabeza, —Nada.
Nicklaus se sentó y sus ojos cayeron sobre el taburete junto a la cama,
—¿Eso… eso lo usaste en mi cara? —preguntó entre pequeñas risas.
Tiana soltó una risita, se veía realmente gracioso con trenzas y maquillaje.
Nicklaus se levantó de la cama y caminó hacia el espejo, y sus labios se abrieron al ver su reflejo.
—Hermosa, ¡estás muerta! —no solo tenía la cara recubierta, también tenía trenzas femeninas.
Tiana estaba de pie en el otro extremo de la habitación, casi con lágrimas en los ojos de tanto reír. Buscó su teléfono con la mirada, lo encendió y tomó algunas fotos de él.
—¿Qué estás haciendo? —Nicklaus preguntó mientras caminaba hacia ella, pero ella retrocedió.