—Leo... —la voz de Claire temblaba. Él la miraba como si fuera una extraña. No, la miraba como si intentara ocultar lo que sentía, como si hubiera alguien haciéndole hacer lo que estaba haciendo.
Claire tragó saliva y se acercó a él;
—no... no te acerques más. —su voz temblaba al hablar, haciendo que Claire se detuviera en su lugar.
—Leo... ¿qué pasa? Puedes hablar conmigo... por favor...
El corazón de Leo latía acelerado. La había visto cuando llegó, no sabía si podría llevarlo a cabo pero no podía arriesgarse a fallar y menos ahora.
Su padre estaría muy alerta ahora que sabía que ella venía a verlo, estaba seguro de que tenía gente vigilándolos, así que tenía que actuar su papel.
Se partió en dos al verla así pero no podía hacer nada.
—Claire, se acabó entre nosotros.
Claire sintió que todo su cuerpo se congelaba con sus palabras;
—¿qué? —parpadeó;
—se acabó, Claire, ya no quiero esto. Deberías escuchar lo que dice tu padre, él quiere lo mejor para ti... yo no sirvo...