—Ese día Liam me secuestró… me besó…
Tiana podía escuchar el sonido del calentador en la habitación mientras la habitación se enfriaba y quedaba silenciosa. Nicklaus estaba apoyado en su codo mientras ella hablaba y aunque no había dicho una palabra, la mirada aterrorizante en su rostro le decía que no estaba solo enojado, estaba furioso.
No debería habérselo dicho. Debería haberlo guardado para sí misma. Demonios, ¿iban a pelear ahora? Él acababa de regresar con ella, no quería pelear con él, ¿qué había hecho?
El corazón de Tiana latía con fuerza mientras lo observaba, el silencio en la habitación se volvía insoportable.
—¿Él hizo qué? —preguntó Nicklaus, como si no la hubiera escuchado. Tiana tragó saliva;
—Lo siento por no haberte dicho antes, tenía miedo y vergüenza, quería olvidarlo, pero siempre me encuentro recordándolo una y otra vez. Lo miraba con ojos llorosos, ¿estaba él enojado con ella por haberlo ocultado?