A la mañana siguiente, se despertaron un poco tarde; cuando Tiana abrió los ojos, Nicklaus estaba trazando el tatuaje en su espalda con sus uñas; ella sonrió al voltearse y besó sus labios;
—Buenos días —dijo, levantándose de la cama.
—¿Cómo estuvo tu noche? —preguntó Nicklaus mientras la veía levantarse y su cuerpo desnudo con una abundancia de chupetones se hacía visible.
—Soñé contigo —ella sonrió—. Quiero ir al baño —dijo y caminó desnuda hacia el baño.
Después de unos minutos, asomó la cabeza por la puerta;
—Vamos a ducharnos.
Nicklaus se unió a ella en la ducha, y después de largos minutos, terminaron. Él la ayudó a secarse el cabello y luego ella secó el de él. Sus ojos se fijaron en los rasgos de su cara mientras secaba su cabello y no pudo evitar sacudir la cabeza admirada.
—Dios, eres hermoso —Los ojos de Nicklaus se abrieron y una risa suave escapó de sus labios—. ¿de verdad?