Diana estaba frente a su espejo de suelo a techo, admirando su reflejo.
—Te ves hermosa Diana, muy hermosa —su maquilladora enfatizó por milésima vez. Diana no dejaba de preguntarle cómo se veía, no sabía por qué se sentía tan escéptica acerca de su apariencia, las veces anteriores que había ido a eventos como este, siempre había sido segura, no sabía por qué hoy era diferente.
—¿Y mi cabello, debería soltarlo? —Mirabelle rodó los ojos, ¿qué diablos le pasaba hoy?
—No, está perfecto así…
—¿Acaba de llegar un coche? —Diana preguntó, interrumpiendo a Mirabelle, sus ojos abiertos de emoción.
Acababa de escuchar cómo un coche se detenía frente a su casa y su corazón golpeó contra su pecho. Maldición, ¿por qué estaba tan emocionada por un hombre que ni siquiera había mostrado interés en ella todavía?