—¡Capítulo sensual!
—Bebé, olvidaste el cheque, ¿cómo pudiste olvidarlo si me aseguré de ponerlo dentro del sobre? —Nicklaus escuchó su dulce voz regañándolo mientras entraba en su habitación. Llevaba puesta su camisa negra, que le llegaba justo debajo del trasero, ¡y diablos! Parecía pura sexualidad. No sabía que esa camisa fuera tan bonita hasta ahora. Se había recogido el cabello en un moño, pero algunos mechones se habían escapado del conjunto, haciéndola lucir extremadamente tierna e irresistible.
Parecía que ella no sabía lo que le estaba haciendo porque seguía increpándole cómo había olvidado el cheque que ella había escrito.
El aliento de Nicklaus se agitó mientras cerraba la distancia entre ellos y la besaba frenéticamente en los labios; a Tiana la tomó por sorpresa su acción y le llevó un momento estabilizarse. No le dio ningún espacio para respirar, ya que la recogió, haciendo que ella enroscara sus piernas alrededor de él, sus labios besándola con salvajismo.