—Se besaron por un tiempo prolongado cuando de repente, Tiana recordó algo y se apartó del beso, dándole una ligera bofetada en la cara.
Los ojos de Nicklaus se abrieron de golpe en shock; la miró hacia abajo con sorpresa,
—¿Qué... qué hice?
La bofetada no le dolió en absoluto, pero la mirada en sus ojos lo asustó;
—¿Por qué me secuestraste? —Ella lo miró intentando parecer enojada, pero su expresión, encendida sensualmente, no ayudaba.
—Eh, intenté hablar contigo pero no quisiste escucharme, lo siento, les dije a mis hombres que no te hicieran daño, ¿lo hicieron? —preguntó, acariciándole las mejillas, sus ojos pasaban sobre sus labios hinchados, con ganas de besarlos de nuevo.
Tiana hizo un puchero, aunque la habían secuestrado, no la manosearon, incluso las ataduras que usaron en ella eran muy ligeras, si se hubiera resistido más, habría podido liberarse, pero eso no significaba que lo iba a dejar irse sin más.
—Deberías haberme enviado un mensaje de texto o algo...