El silencio los envolvió mientras cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Uno lleno de culpa, el otro sintiéndose sin esperanza en su situación.
—¿En qué nos equivocamos, Xiyan? —preguntó Song Fengyan en voz baja.
—No lo sé... —Lan Xiyan no tenía una respuesta para eso, pero él tenía razón. No debería haber guardado todo para sí misma y debería haberle contado al menos lo que estaba sucediendo.
Sin embargo, las palabras de Song Xingji resonaban en su cabeza. No podía ofrecerle nada a Song Fengyan y solo causaría vergüenza y humillación para él en el futuro. La discrepancia en su posición social era simplemente demasiado grande.
¿Cómo puede una persona como ella estar con alguien como Song Fengyan? Esto no era un cuento de hadas y ella no era Cenicienta. Sabía que un final feliz era simplemente imposible para alguien como ella, que tenía un oscuro pasado.
