Mientras Feng Tianyi continuaba conversando con Yang Huan, Tang Moyu prestaba atención al comportamiento de su esposo. Volvieron al salón principal y fueron instantáneamente rodeados por miembros de la prensa que antes habían reconocido a la emperatriz.
Desde que renunció y dejó la Empresa Tang, no se había emitido ningún comunicado de prensa por su parte, lo cual era de esperarse. Tang Moyu rara vez prestaba atención a cómo la percibían los medios. Sería una historia diferente si fuera la compañía la que recibiera una reacción negativa que pudiera afectar su reputación.
Pero, ¿por qué le importaría ahora a Tang Moyu? Ya no era su problema si la familia Tang no podía complacer a sus inversores restantes. Con la continua caída de las acciones de Empresa Tang en el mercado desde su renuncia, se esperaba que declararan bancarrota en cualquier momento.