La mirada de Tang Moyu se estrechó hacia él con sospecha. Él no intentaría atraparla usando el proyecto, ¿verdad?
—Lo siento, tengo que declinar, Presidente Yun. Mi agenda está completa en este momento y mis cenas están exclusivamente reservadas por mis hijos. Espero que entienda. Puede llamar a mi asistente más tarde para fijar una cita si desea discutir más sobre el proyecto —rechazó su invitación en el acto.
¿Qué estaba pensando, siendo tan descarado de repente? Afortunadamente, su equipo ya se había ido y estaban hablando en privado y fuera del alcance auditivo de todos. Pero eso no significaba que se salvaría de los rumores que se propagarían como fuego más tarde sobre su implicación con el presidente del Grupo Yun.
Tang Moyu había establecido estrictamente un requisito sobre sí misma, y era nunca involucrarse románticamente con sus socios comerciales o asociados, o darles alguna indicación de que tenía algún interés romántico en ellos.
