Mientras Tang Moyu esperaba que comenzara la reunión, Zhang Wuying llegó temprano a Empresa Tang para buscar a su hijo, a quien no había visto durante semanas. Desde el regreso de Tang Beixuan, rara vez se mostraba ante ella y había rechazado vivir con ella en Tang Estate.
Zhang Wuying solo podía asumir que todo esto era obra de Tang Moyu para vengarse de ella. La mujer había sido una molestia en su trasero desde que la emperatriz caída regresó. Y ahora, nueve meses después, su nombre había recuperado la reputación que perdió hace cinco años.
Sin embargo, también estaba claro que la Tang Moyu que regresó del extranjero estaba lejos de ser la marioneta que había criado durante años. Tang Moyu ahora tenía la audacia de responderle, dándole problemas, uno tras otro.
