Eltanin metió la lengua en la mejilla mientras miraba a Fafnir y Rigel. Necesitaba ayuda. ¿Cómo podría llevar a las damas a esa biblioteca? Se lo había mencionado a Fafnir y desde que lo mencionó, Fafnir estaba ansioso por visitarla.
Rigel saltó para ayudarlo. —¡No puedes ir! —exclamó. Cuando las mujeres fruncieron el ceño y le lanzaron una mirada fulminante, él dijo, —La biblioteca está en construcción.
—Qué triste —respondió Tania, desanimada—. Quería construir una biblioteca en Pegasii. Podría haberme inspirado en la biblioteca del Príncipe Ileo.
Eltanin tragó saliva. Esa no era una biblioteca de la que inspirarse. —Tal vez podamos ir a otro lugar —dijo.
—Sí —Rigel lo apoyó, tratando de desviar el tema—. Lord Krail nos ha pedido que le visitemos en Kral. Me gustaría ir a Vilinski.
—¡Oh sí! —exclamó Tabit—. Se giró a mirar a Tania. —Tania, tienes que llevarme a Vilinski. He oído que es el lugar más hermoso que uno puede visitar. ¡Demasiado mágico!