—Zhao Youlin se quedó helada. Efectivamente, tenía ese plan en mente. Desde que ella y Joy abandonaron la casa de la familia Mu, había querido gastar la compensación que obtuvo de la familia Mu y abrir una pastelería propia para así poder ganar algo de ingresos para mantener a su hijo y a ella misma. Además, había comenzado a buscar un local cercano para instalar la tienda durante su tiempo libre últimamente.
—Pero, ¿cómo sabe este patán de esto? ¿A menos que haya asignado a alguien para que me siga? —pensó Zhao Youlin.
—La mente de Zhao Youlin se aceleró. Sin embargo, se mantuvo tranquila como de costumbre. Cuando se calmó, sonrió levemente y dijo:
—Presidente Mu, no creo que esto tenga algo que ver con usted, ¿verdad?
—Mu Tingfeng no se molestó en tomar más de la lengua afilada de Zhao Youlin. Él respondió con indiferencia:
—Pronto lo tendrá. ¿Qué te parece el local frente a la Universidad de Westlake?