Después de un golpe sordo, la puerta se cerró con fuerza. Zhao Youxi se arrodilló en el suelo y golpeó la puerta con todas sus fuerzas. Hizo ruido y esperaba que las personas dentro abrieran la puerta.
Lamentablemente, incluso después de golpear la puerta hasta que sus manos se pusieron rojas y gritar hasta que su voz se volvió ronca, no pudo hacer que las personas en la habitación salieran a encontrarse con ella de nuevo.
Zhao Youxi cayó al suelo débilmente. El suelo de mármol debajo de ella estaba helado, pero no era tan frío como la decepción en su corazón en este momento.
Su rostro estaba extremadamente entumecido. Después de mucho tiempo, se tambaleó para levantarse del suelo. Se agarró de la pared y salió paso a paso.
Los golpes de antes parecían haberle sacado toda la fuerza a Zhao Youxi. Después de caminar unos pasos y rodear un pasillo, se sentó en el suelo nuevamente cuando se aseguró de que no vería la puerta que le quitó su última esperanza.
