Zhao Youxi, que casi fue estrangulada hasta morir, huyó a su casa justo después de ser expulsada del hospital.
Li Hongyu estaba sentada en el sofá. Entrelazó sus dedos, luciendo inquieta en ese momento. Su habitual sonrisa falsa y gentil también cambió significativamente, mostrando un toque de agravio.
El repentino ruido del exterior sacó a Li Hongyu de su ensimismamiento. Se levantó y miró hacia atrás, solo para ver a Zhao Youxi tropezándose mientras se apresuraba a entrar. Se veía hecha un desastre.
El corazón de Li Hongyu se apretó. Entró en pánico y caminó rápidamente hacia Zhao Youxi. Preguntó sorprendida:
—Youxi, ¿qué pasa? ¿Por qué te ves tan desaliñada? ¡Ay, dios mío! ¿Qué te ha pasado en el cuello?
Aunque Mu Tingfeng no rompió el cuello de Zhao Youxi, inevitablemente le dejó un moretón oscuro.
El gran moretón era visible en el cuello claro de Zhao Youxi. Se veía aterrador.
