Xian Jingyao examinó a Zhao Youlin para asegurarse de que no hubiera sufrido lesiones, aparte de parecer un poco maltratada. Solo entonces sintió alivio. Luego, se giró y miró al hombre que estaba a su lado. Lo saludó respetuosamente —Presidente Mu…
Xiao Jingyao refunfuñó para sí mismo: «¿Por qué apareció Mu Tingfeng en un lugar como este con el gerente general?».
—Presidente Mu, estaba muy preocupado por usted. ¿Cómo pudo ser tan imprudente y rescatar a la señorita Zhao por su cuenta en cuanto se enteró de que algo le había sucedido? ¿Qué pasaría si algo le sucediera a usted? ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay del personal de la empresa? —Xia Zhetao ayudaba a Su Ruixin mientras se acercaban a él. En el momento en que llegaron junto a Mu Tingfeng y Zhao Youlin, les dio un vistazo superficial, asegurándose de que ambos estuvieran bien antes de lanzar un gemido lastimero.