—¿Es eso cierto? —respondió Fu Hanzheng con un tono lleno de dudas.
Si hubiera sabido que habría tantos hombres babeando por ella una vez que entrase en la industria del entretenimiento, no le habría permitido involucrarse.
—No voy a comentar lo que hiciste hoy, pero por favor no realices ninguna adquisición ni me mandes flores o cajas de regalo...
Él estaba demostrándole su apoyo, pero este comportamiento fácilmente podría hacer pensar a los demás que ella tenía algún misterioso y rico sugar daddy detrás.
—Pero ayer no comiste nada —le recordó Fu Hanzheng con voz suave.
Debido al apretado horario del día anterior, no había conseguido comer nada ni en el almuerzo ni en la cena. No fue hasta la medianoche que logró agarrar algo de comida en el avión.
La razón por la que había pedido que le entregaran cajas de regalo era porque esperaba que no tuviera que pasar hambre.
El corazón de Gu Weiwei se ablandó y retrocedió un paso.