—Sin embargo, cuando pensaron en que los dos acababan de empezar su relación y ya querían llamar a Jiang Xun a la antigua residencia para Año Nuevo, temían que fuera a ejercer demasiada presión sobre Jiang Xun. —Por lo tanto, aceptaron con gusto el plan de Mufeng. —En resumen, todo allanaría el camino para que Mufeng casara con su esposa. —Zhendu no sabía que los dos ancianos ya estaban al tanto de Jiang Xun. También le causaba curiosidad por qué habían cambiado a un almuerzo este año. —¿Ya empezaron a comer? —Mufeng olió el aroma de la comida en cuanto entró por la puerta. —Acabo de terminar de ponerlo todo en la mesa. Todavía no he comido. —Jiang Xun aún estaba colgada del cuerpo de Mufeng y no quería bajarse.