—¿Crees que es una coincidencia? —Mufeng abrió la puerta y dejó su equipaje en la entrada. Planeaba empacarlo cuando regresara por la noche.
Jiang Xun sonrió con desdén. —Dime la verdad.
Mufeng se sintió ofendido. —Solo quiero vivir más cerca de ti.
Las comisuras de la boca de Jiang Xun no pudieron evitar curvarse hacia arriba. No esperaba que Mufeng fuera a vivir frente a ella.
Ahora que lo sabía, estaba muy contenta.
—¿Vas a venir a vivir aquí en el futuro? —Jiang Xun no pudo ocultar su felicidad y preguntó.
—Sí. —Mufeng retrocedió y cerró la puerta. Presionó varias veces el candado de huellas dactilares y se volteó para preguntarle a Jiang Xun—. ¿Con qué mano sueles abrir la puerta?
Jiang Xun extendió su índice izquierdo y Mufeng lo agarró para registrar su huella dactilar en el candado.
—Intenta abrir la puerta. —Mufeng terminó de configurar el candado de huellas dactilares.