—No, ¿cómo voy a ser rica en ningún sentido? Tu esposo es su hijo pero, en lugar de pagar por sus gastos médicos, quiere que su sobrina pague en su lugar. ¿Está loca su familia? —Chen Yulian inmediatamente se sentó sobre sus rodillas y comenzó a gritar en voz alta.
—Oh Dios, ¿qué pecados ha cometido mi suegra en su última vida para merecer una nieta tan desobediente... —Su llanto era tan fuerte que llamó la atención de los familiares de algunos pacientes y del personal médico en ese piso.
—Mi pobre suegra está gravemente enferma, y su nieta, que siempre ha sido la niña de sus ojos. Sin embargo, después de que se hizo rica, nos dio la espalda y se niega a pagar los gastos médicos de su abuela que han ascendido a un millón de yuanes. ¡Mi suegra es tan lamentable! Si su difunto hijo y nuera se enteraran, definitivamente arrastrarían a esta hija desobediente con ellos... —Dos enfermeras se acercaron para detener a Chen Yulian de armar tal alboroto, pero esta última se negó tercamente.
