—Yan Jinyi frunció el ceño y preguntó siniestramente —¿Escribir qué?
—Tragando saliva, Huo Zihang respondió —Una reflexión.
—¿Quién?
—Tú.
De repente se echó a reír y preguntó —¿Quién quiere que la escriba?
—Segundo Hermano, tu esposo.
—Jah...
Su sonrisa se endureció y ladró —¡Dile que se largue lo más lejos posible de mí! ¿Cómo se atreve a hacerme escribir una reflexión?
Huo Zihang estaba tan asustado que colgó de inmediato.
Yan Jinyi tomó una respiración profunda y juró en secreto que, una vez que Huo Xishen llegara a casa, ella le daría una paliza y lo haría arrodillarse para suplicarle que se divorcie de él.
Justo cuando Tao Wei se dio la vuelta y estaba listo para entrar al auto, su celular comenzó a sonar.
Yan Jinyi observó a Tao Wei atender la llamada. Al instante, su expresión cambió.
Colgó temblando y miró a Yan Jinyi con lágrimas en los ojos.
Yan Jinyi preguntó confundida —¿Por qué me miras así?