Colocando su mano sobre su rostro, Liu Yaxi miró a Yan Jinyi con incredulidad. —¿Cómo te atreves a pegarme? Yan Jinyi, ¿has perdido la cabeza?
—Sí, te di una bofetada —respondió Yan Jinyi con arrogancia.
—Voy a luchar a muerte contigo. ¡¿Cómo te atreves a abofetearme, Yan Jinyi, tienes ganas de que te peguen!?
Como una harpía, Liu Yaxi se lanzó hacia adelante y estaba lista para jalar del cabello de Yan Jinyi, pero antes de que su mano pudiera tocar a Yan Jinyi, Tan Sangsang ya había corrido para golpearla con fuerza con su bolso en la espalda.
—Qué niña mimada. ¿Cómo te atreves a pegar a Jinyi? Liu Fang, parece que eres tú quien tiene ganas de que le peguen! —Tan Sangsang había golpeado a Liu Yaxi con tanta fuerza que esta no paraba de gemir.
Yan Jinyi agarró el delgado suéter que llevaba puesto y le arrancó las mangas, dejando los delgados brazos de Liu Yaxi expuestos al aire frío.