—Riendo como un pícaro —dijo Tang Qing—, me gustaría elegir a la Segunda Joven Señora.
Tang Qing estaba desafiando seriamente los límites de Huo Xishen todo el tiempo...
—Huo Qingyuan negó con la cabeza —Han estado en desacuerdo el uno con el otro durante varios años, ¿no tiene Tang Qing ni un poco de autoconciencia?
—Señor Tang, no eres lo suficientemente bueno para mí. Tienes una hora para traerla aquí o destrozaré tu casa de subastas inmediatamente.
Tang Qing no dudó de sus palabras en absoluto porque sabía que ella era completamente capaz de hacerlo.
Había escuchado sobre el incidente de Zhao Xinchen a través de Dong Xu. Con el rostro apoyado en su mano, Tang Qing se sentía extremadamente confundido —¿Por qué Zhao Xinchen merece un trato tan bueno de su parte? No es como si su familia fuera más rica que la mía.
—Lleva a la abuela de Jinyi aquí —le dijo Tang Qing a su subordinado.
—Esa anciana sí que está con Tang Qing.
